Tácticas de contraataque. Fin de juego / Albert Pinya

El origen del héroe contemporáneo

Un proyecto de Albert Pinya

comisariado por Fernando Gómez de la Cuesta

para la Galería Alegría

(ver microsite)

I. El origen.

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El principio empezó con un final, con un gran estallido, con una gran explosión, ¡booom! Un big-bang que fue el inicio de todo, pero también una conclusión apoteósica, demoledora, catártica. El nuevo Apocalipsis y, acto seguido, la necesidad de volver a nacer, de volver a hacer, de pasar a la acción, de crear de nuevo, desde cero, y un ansia por contar cómo había ocurrido, cómo habíamos llegado hasta este preciso instante, hasta el lugar del cambio, de la ruptura, hasta el punto crítico, hasta nuestro nuevo campo de batalla, hasta el escenario de esta historia que ahora tenemos justo delante. Una necesidad de vivir y de vivir para contarlo, de hacer y de recoger lo que hemos hecho, de hacerlo visible, de equivocarse y de aprender, de encontrar soluciones, caminos y alegrías, de actuar, de no quedarse de brazos cruzados, de buscar un futuro, los futuros, nuestro futuro. Un plano secuencia de tintes tragicómicos, berlanguianos, un travelling que comienza con un hombre con bombín cansado de esperar a un Godot que nunca llega, y un árbol, y una isla, y una mujer, y ese hombre.

II. El hombre.

Siurell Vengador 1

Sombrero negro y zapatillas Converse de colores, un tipo que también es tragicómico, como casi todos nosotros, como la vida misma, y sensible como pocos, como casi nadie. Un creador implicado que entiende que el arte es más que estética, que el arte es compromiso, compromiso con los que nos rodean, un acto de creación revulsiva, heroica y generosa. Un hombre que comparece como cronista, como médium, que transmite el arte como verdad, con y como pasión, como resistencia, como lucha, con amor, retratando los hechos que conforman nuestra historia, que construirán la historia: hay que hacer historia. La pintura, el dibujo, la música, el teatro del absurdo, el cine, el bien y el mal, héroes contra villanos, señores con traje y corbata que son el demonio contra los nuevos héroes contemporáneos que, en ocasiones, comparecen en la cola del paro. Otra visión apocalíptica: todos nosotros controlados por esos diablos, títeres y titiriteros, el muñeco y el ventrílocuo que le mete la mano por el recto, que le mueve la boca, que lo vuelve del revés, que lo manipula y lo destroza.

III. El héroe.

Siurell Vengador 2

La náusea como reacción, el vómito como efecto. Los nuevos héroes contemporáneos buscan la verdad y sobreviven a la opresión, a lo tendencioso, a lo efímero, a lo que es producto de las modas. Unos héroes que no son tan nuevos, son superhéroes ancestrales tan viejos como el porc negre, como un siurell vengador armado con pebres de cirereta, como cantantes folk que sólo tocan en los pueblos y para el pueblo, como Señor Chinarro y su arenga a los sindicatos futuristas, que mezclan el odio y las vanguardias, la ética y la estética, la V de vendetta y su careta, la manifestación y un cóctel-molotov hecho con destilados de cereales, enebro y quinina, mezclado, removido, no agitado. Hay que estar más unidos que nunca, es la hora de bailar en un espacio minúsculo y, en sitios tan pequeños, sólo se puede bailar juntos, juntos y firmes sobre la pista, juntos y firmes dentro de la galería, de la galería de arte, de la Galería Alegría: una galería de guerrilla, de resistencia, de alegrías.

IV. La táctica.

Siurell Vengador 3

“Vuestro dios es un cerdo” dicen los infieles desde su cátedra, desde el púlpito, desde el atril del mitin rodeados de putas y zorros, y sí, nuestro dios es un cerdo, un cerdo negro y mallorquín que se sacrifica por nosotros en cada matanza, así es, así sea. Agropower, slow food, slow painting, beatus ille y locus amoenus. Ahora transgredir en el arte es volver al paisaje, recuperar las naturalezas muertas, el arte intimista frente a la basura de los falsos provocadores, del impostor y de sus secuaces, los sombreros de paja frente al pasamontañas. Pinya encontró ese cerdo cuando él era un niño, su cerdo, su héroe, y lo subió a un monopatín; también percibió que el siurell es la identidad del guerrero mallorquín, como los de Xiang, con pies de barro hundidos en la tierra y a tamaño natural. A día de hoy la verdadera transgresión está en la bondad, en la transparencia, en la sinceridad y en el sentido del humor, porque la comedia es la forma más subversiva de expresión, porque ha llegado la hora, porque ha llegado el momento, empieza la era de los nuevos héroes, fin de juego, volvemos a comenzar.

 

 

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