Mounir Fatmi – «While the Storm Arrives» – Es Baluard – Palma

Mounir Fatmi – «While the Storm Arrives»

Es Baluard. Museu d’Art Contemporani de Palma

17 de marzo de 2022 → 19 de junio de 2022 

Comisario: Fernando Gómez de la Cuesta

A veces prestamos demasiada atención al hecho traumático, al instante preciso en el que la crisis se pone de manifiesto, a ese momento convulso y violento que marca el punto de inflexión. Es evidente que este tipo de situaciones extraordinarias, por su potencia y por su desproporción, tienen la capacidad de absorber nuestra percepción, nuestro entendimiento y nuestras vidas, pero no es menos cierto que esos períodos de quiebra son la expresión de multitud de circunstancias anteriores que brotan, de una manera abrupta, sin explicar los verdaderos motivos que provocan su detonación. Las causas del conflicto, en realidad, quedan ocultas tras la magnitud de aquello que emerge como si de la erupción de un volcán se tratara, escondidas tras esa enorme e incontenible explosión que nunca muestra su origen, pero que tampoco enseña los efectos que terminarán provocando todos esos problemas estructurales, encadenados y de largo recorrido, que subyacen bajo la superficie destructora de la lava.

Puede parecer que el título de esta propuesta, «Mientras llega la tormenta», sea algo osado, incluso provocador, para un proyecto que se desarrolla en un contexto tan complejo como este en el que andamos sumidos. Sin embargo, ese carácter arriesgado quizás sea fruto de una premonición, de un presentimiento surgido en un tiempo y en un lugar que nos ubica en la mismísima antesala de la catástrofe, allí donde da comienzo un estado de ruina y de emergencia aún más perverso que el de esta actualidad crispada que padecemos. Los creadores como mounir fatmi son seres valientes y visionarios, unos observadores cualificados que miran desde otras perspectivas y hacia otros sitios, que ven y que nos hacen ver, que nos explican que cualquier hecho puntual suele ser más soportable que una situación crítica prolongada en el tiempo. Ahora, en este mundo frágil donde todo está conectado, hemos alcanzado el punto de ruptura irremediable, ese momento en el que nos enfrentamos a preguntas decisivas sobre cuestiones trascendentales que comprometen nuestra existencia, una incertidumbre absoluta que obliga a respuestas encaminadas a modificar esta situación insostenible en la que la primera lluvia, la primera ráfaga de viento, solo anticipan la llegada de la verdadera tormenta. 

En esta exposición, fatmi reflexiona sobre la elaboración de todos esos relatos que llevan tiempo sometiéndonos, unas narraciones que, desde una violencia física e intelectual, han marcado nuestro pasado y condicionan nuestro futuro. A partir de una gran instalación central titulada Inside the Fire Circle 02 [Dentro del círculo de fuego 02, 2017-2022], el artista plantea una trabajada metáfora sobre la construcción de la historia, sobre sus condicionantes, los intereses que la rigen y las manipulaciones que emanan desde el poder dominante, dejando algún resquicio de esperanza para que esta sociedad, entre maniatada, desquiciada e indolente, se active en la búsqueda de ese cambio que es más necesario que nunca. Inside the Fire Circle 02es una instalación escultórica compuesta por varias máquinas de escribir antiguas ubicadas sobre el suelo de la sala, unos dispositivos que aparecen unidos entre sí por unos cables negros y rojos —como esos que se emplean para cargar la batería de los automóviles— formando una complicada y extraña maraña. En algunas de las pinzas que rematan los extremos de estos cables hallamos una enigmática hoja de papel.

A primera vista, esta obra tiene cierta similitud con el confuso panel de una vieja centralita de telefonía, todo ese lío de cables conectados parece poner en marcha una compleja y vetusta maquinaria de comunicación encaminada a retransmitir una historia recurrente dictada por el poder y acatada por un pueblo desmemoriado que repite sus errores demasiado a menudo. Sin embargo, los papeles en blanco y la accesibilidad de las máquinas tienen la intención de invitar al espectador a cortocircuitar este mecanismo perverso, dotándole de la capacidad necesaria para intervenir el sistema y reescribir una historia que active un cambio que se ha convertido en ineludible. En esta pieza comparecen muchas de las preocupaciones constantes en las investigaciones de fatmi: la idea de escritura, de borrado y de repetición, el uso del texto y de las tecnologías en desuso, o su triple afán por fijar estos elementos como documentos arqueológicos, como archivo de lo sucedido y como obras de arte en sí mismas. Inside the Fire Circle puede ser visto como un transmisor y receptor de información, de la historia y de sus relatos, pero también como un instrumento para la transformación, una herramienta para construir nuevos caminos.

Tres han sido las piezas planteadas específicamente para el presente proyecto. La primera de ellas se titula The Point of No Return [El punto de no retorno, 2022], una obra frágil en la que fatmi aborda el tema de un mundo invadido por la información en el que todo se ha convertido en datos, gráficos y símbolos, muchas veces complejos e incomprensibles, que sintetizan y transmutan nuestra relación con la realidad, condicionándonos y manipulando nuestra conducta. Una obra que se formaliza en base a una delicada vasija de barro decorada con todos esos esquemas visuales que dan muestra de la situación, tan despiadada como confusa, en la que nos encontramos. Obviamente, la elección de la técnica y del material no es casual, sino que responde a dos cuestiones básicas: por un lado, la representación de la fragilidad de una estructura construida sobre unos fundamentos sociales, económicos y ecológicos muy precarios, por otro lado, la reivindicación de las formas simples y tradicionales de la artesanía y de la cultura popular que se convierten en una deliberada vuelta al origen, en un retorno mejorado hacia una idea de equilibrio sostenible, que se contrapone a todas esas degeneraciones perversas producidas por esta globalización alienante que nos mantiene ubicados en el colapso.   

Adoptando los mismos recursos formales y conceptuales que en la pieza anterior, mounir fatmi crea una gran instalación pictórica que se desarrolla sobre la pared exterior de la sala y que recibe por título Before the Storm [Antes de la tormenta, 2022]. Ambas obras continúan una línea de investigación que tuvo su comienzo en 2018 con Calligraphy of the Unknown [Caligrafía de lo desconocido, 2018-2020], una serie que ya tenía su origen en algunas formulaciones previas del artista. Con una clara referencia a la tradición decorativa del arte islámico –geométrica, vegetal, sígnica y simbólica– fatmi realiza unos inquietantes atauriques policromados que se convierten en una metáfora evidente de esta contemporaneidad estremecida que estamos viviendo: un contexto cronológico que se encuentra prisionero de esa insondable red global de confusión, (in)comunicación y (des)información que nos tiene tan subyugados como oprimidos. Este alfabeto abstracto, complejo, se elabora a partir de gráficas numéricas, de curvas de datos, de cómputos, porcentajes y estadísticas que reflejan –sobre un fondo negro y con trazos de colores primarios que nos remiten a aquellas computadoras pioneras– las inflexiones y derivas de todos esos algoritmos socioeconómicos que, desde su esquematismo críptico, contienen datos trascendentales para nuestra vida, en ocasiones demoledores. La permanente preocupación de mounir por el lenguaje le lleva a confrontar, en esta oportunidad, la dificultad que poseen estos signos que representan diferentes variables, con otro lenguaje sumamente complejo y más alejado de nosotros de lo que sería necesario: el de la creación contemporánea. Con este trabajo, mounir vuelve a examinar el papel del artista en una sociedad en crisis, a la vez que se interroga sobre los límites de la construcción del relato, de la memoria y de la comunicación, tomando como factores determinantes las acciones de ocultación, censura, manipulación o invisibilización. 

Poems: The Missing Show [Poemas. La exposición perdida, 2022] es otra de las piezas recientes de fatmi que se presenta en esta propuesta. Realizada como una bella pero contundente sucesión de versos que se exhiben en una pantalla sobre la pared de la sala, la obra nos interroga sobre aspectos que tienen que ver con el miedo al otro, la exclusión, la xenofobia o el flagrante peligro de los estereotipos, los prejuicios y las intransigencias que emanan de las consignas producidas por la hegemonía del imperio. En septiembre de 2017, mounir fatmi inaugura una muestra en la galería Jane Lombard de Nueva York. En ella, a través de la lectura de dos textos —una carta dirigida a su galerista y un conjunto de poemas—, el artista relata su decisión de no ir a territorio americano y no conocer presencialmente el proyecto expositivo que había planteado. Con esta acción, fatmi decide situarse como una voz política y crítica que nos informa sobre un mundo dividido, sometido y estúpido, mientras cuestiona la construcción del discurso actual en base a una absurda dialéctica de bloques. Esta poética declaración, sin excusas ni retóricas innecesarias, señala el posicionamiento decidido del texto que compone la pieza, una obra que no solo tiene una función explicativa y sincera, sino también reivindicativa, resistente y emocional. Una deriva que emplea como punto de partida el testimonio y la autobiografía, es decir, la comunicación de una experiencia personal, para establecer una búsqueda que afecta a materias tan trascendentes como la del reconocimiento de la propia identidad. 

Estas obras anteriormente descritas se completan con otras dos piezas ya conocidas. The Angel’s Black Leg[La pierna negra del ángel, 2011] es un tríptico fotográfico —que forma parte de una serie más amplia titulada «The Blinding Light» [La luz cegadora]— inspirado en La curación del diácono Justiniano de Fra Angelico, una pintura del siglo xv que representa a dos santos, los hermanos Cosme y Damián, árabes de nacimiento, convertidos al cristianismo cuando comenzaron a practicar la medicina, en una vocación que, finalmente, les valdría la decapitación. Esta pareja de mártires vuelve a la vida para realizar una operación quirúrgica en la que se injerta, al mencionado diácono, una pierna negra de un etíope recién fallecido. Una obra sorprendente, inesperada y extraña, en la que la belleza y lo siniestro, la vida y la muerte, lo religioso y lo científico, la raza y el mestizaje, el origen y la evolución, se encuentran en una zona fronteriza, liminar, de fricción, allí donde todo se vuelve confuso y no necesariamente amable. Partiendo de esta poderosa y subyugante iconografía, fatmi nos habla de nuevo de conceptos como el de identidad, el sentido de pertenencia o el sentimiento de exclusión, pero también se refiere a la alteración de la naturaleza, al peligro de extinción como especie, a la ambigüedad de determinados avances científicos, a las controvertidas manipulaciones genéticas, a las mutaciones biónicas y a los logros tecnológicos, a sus luces y a sus sombras.

Impresas sobre una superficie transparente retroiluminada, las fotografías que dan forma a esta pieza adquieren el aspecto de una tira de negativos, o de unas radiografías monocromas, donde el halo, la desmaterialización y lo inmaterial, lo espiritual y lo fantasmal hacen acto de presencia. La inclusión, en el centro de la composición, de un primer plano con una acumulación de cintas de video VHS —elemento recurrente en la obra de fatmi— hace que las imágenes parezcan fotogramas cortados y desechados durante la edición de una película, de una historia, dejando en evidencia ese interés del artista por los descartes del relato oficial y también por todo aquello que tiene que ver con las retrotecnologías. Una búsqueda casi arqueológica que se convierte en un símbolo crítico de la desquiciante vorágine de lo digital, del ritmo frenético del progreso, del colapso industrial, del alienante capitalismo y del consumismo sin freno, mientras apela a otras cuestiones no tan obvias como la transmisión de la información y su malintencionada manipulación, esa posverdad sibilina que trata de condicionar todos nuestros movimientos mediante un conocimiento sesgado, limitado e instrumentalizado.

Por último, el vídeo en blanco y negro History is Not Mine [La historia no es mía, 2013] muestra a un hombre, cuyo rostro nunca es visible, golpeando las teclas de una máquina de escribir con dos martillos, uno en cada mano. Solo la cinta de tinta del carro está coloreada de un rojo brillante y sangriento, tan bello como vehemente, el resto de la imagen se mantiene en un neutro monocromo. El vídeo parece situar al espectador en un doble papel, en el de testigo de lo que está sucediendo y en el de cómplice de esta violenta redacción de la historia, una labor agresiva que genera un sonido abrumador, rítmico pero desproporcionado, incómodo como la percusión inexorable del paso del tiempo. Sin embargo, al igual que sucede con la instalación Inside the Fire Circle 02 —con la que hemos comenzado este texto y alrededor de la cual gira la presente exposición—, fatmi quiere que reflexionemos sobre nuestra postura personal frente a una historia que también nos pertenece. Aunque es evidente la desafección preliminar que existe desde el propio título de la pieza History is Not Mine, el artista invita al espectador a tomar partido desde su cultura, ideología, sensibilidad y experiencia, en la necesaria elaboración de esos otros relatos alternativos, posicionados y reivindicativos. Una tarea compleja que debe realizarse desde la violencia que nos inflige el poder, desde la incertidumbre sobrecogedora a la que nos somete la inminencia de esta tormenta que aún está por llegar.

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